John Candy: Me agrado (John Candy: I Like Me, Estados Unidos, 2025) es un documental dirigido por Colin Hanks que obviamente está dedicado al gran comediante John Candy, cuya popular carrera se cortó abruptamente con su muerte en 1994, a la edad de 43 años. Aunque no se trata de una película hecha exclusivamente para admiradores del cómico, desde el título es evidente que la película será mucho más interesante para aquellos que admiraban su filmografía, en particular Mejor solo que mal acompañado (Planes, Trains & Automobiles, 1987) dirigida por John Hughes, de donde sale el título del documental.
Hay dos cosas que todos esperaban de esta película. En primer lugar, llegar a encontrar en la frase una conexión entre el actor y sus papeles y en segundo, más angustiante, entender qué fue lo que llevó a que muriera tan joven. Todo lo demás es un documental tradicional, donde lo más sorprendente es su condición de héroe nacional en Canadá. Candy nació en ese país en 1950 y siendo ya famoso llegó incluso a ser dueño de un equipo de football de Toronto. Su primer trabajo de importancia fue en Second City Television, definido como un SNL de bajo presupuesto. Sus compañeros fueron, entre otros, Eugene Levy, Catherine O´Hara, Martin Short, Rick Moranis y Harold Ramis. Con el cine llegaría el salto que lo haría uno de los actores más queridos del mundo.
El documental tiene testimonios de algunos de los actores mencionados y por supuesto también de estrellas como Bill Murray, Dan Aykroyd, Macaulay Culkin, Tom Hanks y Steve Martin. También están su esposa y sus hijos, contando más cosas, muchas desconocidas, de su vida. Aunque lo imaginábamos desde siempre, las dos horas que dura la película muestran lo vulnerable que era Candy, la traumática muerte de su padre y las angustias que él sufrió por su cuerpo, así como los ataques de pánico hacia el final de su espectacular pero breve carrera.
Las reglas estándar del documental lo hacen previsible y entretenido hasta que llegan los minutos finales, donde no hay manera de llorar a mares. Y cuando empiezan los títulos no hay que dejar de mirar, porque viene otro golpe al corazón que hace que empiece todo de nuevo. Los testimonios de sus amigos son todos emocionantes y descubrir la enorme persona que era John Candy genera satisfacción, aun en la tristeza de extrañarlo. Si alguien que está leyendo esta reseña aún no ha visto Mejor solo que mal acompañado les recomiendo que lo hagan, es una de las comedias agridulces más graciosas y emocionantes de la historia del cine.

www.leercine.com.ar