Sueños de trenes (Train Dreams, Estados Unidos, 2025) es una película dirigida por Clint Bentley que adapta la novela de Denis Johnson publicada en el año 2011. Algunas de las críticas positivas a ese libro lo asocian con Ernest Hemingway y es posible que algunos de esos elementos sean rastreables en su versión cinematográfica.
Robert Grainier (Joel Edgerton, también productor de la película) es un leñador que se gana su sueldo en diferentes tareas, incluyendo la construcción del ferrocarril en el Oeste americano a principios del siglo XX. La película cuenta su vida a lo largo de varias décadas mientras una voz en off acompaña el relato en diferentes momentos. En sus años de jornalero conoce a diferentes personas, con sus particularidades, miradas del mundo y conductas, lo que va marcando su propia vida. También conoce a una mujer, Gladys (Felicity Jones) por la que decide abandonar su vida solitaria y formar una familia.
La película despliega, desde un inicio, sus intenciones estéticas. Detalles sutiles pero visibles de montaje y puesta en escena hacen que la narración fluya de forma clásica pero no del todo tradicional, construyendo su propio estilo y tono. La fotografía de Adolpho Veloso aprovecha la mayoría de la historia que transcurre al aire libre para mostrar bellos paisajes sin que estos se vean artificialmente fotografiados para lucirse. Eso mismo es la película, belleza naturalista sin excesos. Poesía sin caer en lugares comunes, drama sin regodeos y una melancolía que atraviesa todo el relato. Los aprendizajes que el protagonista puede ir sumando a lo largo de las décadas se muestran con claridad sin parecer obvios y el tono de western moderno le cae perfectamente para mostrar el paso del tiempo.
Muchas cosas pasan en Sueños de trenes, pero su mayor hallazgo consiste en mostrar la compleja vida simple de un ser humano solitario y a la vez la enorme velocidad asombrosa con la que el siglo XX fue avanzando, para bien y para mal, en muchos aspectos. A pesar de que es posible que su presupuesto no haya sido muy alto, la película tiene una realización más espectacular y visualmente efectiva que el promedio del cine actual. Se puede decir que la película tiene todas las virtudes del cine independiente, sin condicionamientos, pero ninguno de sus defectos. Una de esas pequeñas grandes películas que circulan siempre y que a veces pasan desapercibidas. Como la propia vida de su protagonista.
Santiago Garcia
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