El personaje de Merlina ofrece algo irresistible: ¿Quién no se ha sentido diferente e incomprendido y espantado por las reglas alrededor? El espíritu adolescente encaja perfecto con esto y el adulto un poco también. Incluso las personas más normales e integradas pueden sentirse como un freak distinto a todos
Merlina, en el original Wednesday, es uno de los integrantes de la Familia Addams, los protagonistas de una famosa historieta creada por Charles Addams y luego una popular e inolvidable serie de televisión de la década del sesenta. La versión que vemos ahora, producida y dirigida por Tim Burton, no es una derivación tan directa de la Merlina original, sino la evolución del personaje que apareció en los largometrajes de los noventa dirigidos por Barry Sonnenfeld con Christina Ricci interpretando a la niña dark. El éxito y el furor de esta serie se debe no solo al director de El joven manos de tijeras, sino a la presencia descollante de Jenna Ortega, joven actriz que nació para interpretar este papel y que llegó a él ya madura pero igualmente adolescente en su aspecto y cuyo rictus serio excede incluso a lo que se ve en la pantalla. Tim Burton, Los Locos Addams y Jenna Ortega: un tridente irresistible.
Cuando en la década del treinta Charles Addams creó esta familia macabra y excéntrica, no les puso nombres. Sí estaban los personajes centrales y por supuesto la niña dark que hoy todos conocemos como Merlina. El nombre original, Wednesday, proviene de un antiguo poema infantil inglés que servía para que los niños aprendieran los días de la semana. “El día miércoles (Wednesday) estás lleno de tristeza” decía el poema. Pero como en castellano la traducción podía usarse como una mala palabra, se optó por ponerle Merlina y sacarse el problema de encima. Sería entonces Merlina/Wednesday desde que Lisa Loring la interpretara en la serie de televisión de los años sesenta. A pesar de que vestía siempre de negro y tenía una muñeca decapitada llamada María Antonieta, Merlina en aquellos años no eran tan drásticamente siniestra, mucho menos en comparación a otros integrantes de la familia. El cambio vendría después.
En la década del noventa el director indicado para hacer una adaptación cinematográfica de Los locos Addams era sin duda alguna Tim Burton. Pero el proyecto no llegó a concretarse, aunque sí había sido elegido para dirigirla. De hecho, los guionistas de la película de 1991 fueron Caroline Thompson (El joven manos de tijera) y Larry Wilson (Beetlejuice) con quienes Tim Burton tenía una buena relación. El realizador, Barry Sonnenfeld, hizo una película que podría ser confundida con un largometraje de Tim Burton, además de homenajear a Charles Addams y a la serie clásica. Pero para la historia de Merlina, Los locos Addams (1991) y más aún Los locos Addams 2 (1993) son clave para la evolución del personaje. El costado amable y risueño de la niña desaparece y Christina Ricci se roba el show con una actuación inolvidable. Merlina es realmente oscura, completamente siniestra. Es también la más inteligente de todos y su mirada dark es expresada con una actuación monocorde e inquietante. Todos están bien en ambos films, pero ella supera a las películas y con los años su figura siguió creciendo. Esto es lo que nos lleva directo a la serie del 2022.
Si en la comedia de los sesenta la estructura era la de una sitcom acá las cosas cambian por completo. En primer lugar, por primera vez Merlina es la protagonista casi excluyente de la trama. Y mientras que en la serie la familia era completamente inocente y honesta, incapaz de entender porque eran rechazados por sus visitantes, acá el mundo exterior está claramente establecido como algo diferente, opuesto a la cosmovisión de la protagonista. Para eso nos prepararon las dos películas de los noventas, pero lo que no se podía prever en ese momento es que el mundo seguiría cambiando y que Merlina y su universo dark deberían enfrentar ideas contradictorias acerca de cómo debe comportarse el personaje. Pero olvidado el formato sitcom acá Merlina, ya adolescente, protagoniza otro tipo de historia, en un formato de serie más actual, donde todos los episodios son parte de una única gran historia y no situaciones aisladas en cada capítulo, como era antes.
Merlina/Wednesday es estudiante de secundaria y es expulsada de la escuela a la que concurre cuando decide vengarse de los estudiantes que maltrataron a su hermano. La escena inicial de la serie tiene todo lo que uno esperaba del personaje, tanto a nivel guion, como dirección, y por supuesto por la actuación de su protagonista. Los padres de Merlina, Homero/Gomez (Luis Guzmán, brillante) y Morticia (Catherine Zeta-Jones) Addams, deciden inscribirla entonces en la Academia Nunca Más (Nevermore Academy, en homenaje a Edgar Allan Poe y su poema El cuervo) un colegio privado para adolescentes pertenecientes a diferentes grupos de monstruosos marginados, incluyendo hombres lobo, sirenas y otros grupos. Su compañera de cuarto, Enid (Emma Myers) es todo lo contrario a ella, pero de todas formas parece una buena compañera. Merlina pronto descubrirá que tiene enemigos reales y otros que son simples competidores por la popularidad dentro de la escuela. Cuando ocurra un misterioso asesinato, Merlina, que aquí posee la capacidad de tener visiones, se verá comprometida a averiguar qué pasa en la escuela y que ha pasado a lo largo de muchos años. Aparecerá también una amenaza extra, los habitantes del pueblo más cercano, Jericho, Vermont, que tienen una larga historia de enfrentamientos contra los raros, representados en la escuela. Normales contra freaks, una batalla que se ha desarrollado a lo largo de las décadas en el cine de Tim Burton y que en Los locos Addams ha estado también siempre presente.
En la sitcom de los sesenta el humor absurdo no tenía verosímil alguno y los gags iban en cualquier dirección sin problemas. Lo más llamativo para aquellos años era la pasión sexual del matrimonio protagónico. Por lo demás, la serie fue una reivindicación inocente y feliz de lo diferente, algo que muchos intentaban evitar, lo que la convirtió en una pieza clave de la cultura popular. Las películas, como ya se mencionó, fueron una batalla abierta entre la sociedad hipócrita y la familia. Mantenían parte de la inocencia y la maldad de los supuestos normales que buscaban aprovecharse de ellos. Merlina tenía un desarrollo mucho más complejo por primera vez y su incorrección política era total. ¿Cómo se puede nadar a contracorriente en la actualidad? Es realmente difícil hacerlo, porque Merlina debe oponerse a la falsedad, pero también defender a los diferentes. Para correr un poco del centro ese conflicto, la serie se convierte, además de una comedia, en una historia de misterio sobrenatural, con elementos sacados no solo de la historia del personaje, sino también de películas como la saga de Harry Potter y de Crepúsculo. Es la historia posible en el mundo actual, aprovechando lo que hay alrededor.
La comedia funciona e intenta jugar todo lo que puede con los límites del humor negro. Cada vez que lo hace, brilla, porque para eso elegimos a este personaje y no a otro. Jenna Ortega realiza una actuación consagratoria y es el corazón del éxito, además del nombre de Tim Burton, por supuesto. La escena del baile, entre otras, ya están en la historia de la televisión y serán parte del personaje y la actriz para siempre. Su cara es perfecta para el rol y su caracterización lo es todavía más. Burton tiene a la actriz y al personaje ideales para su mundo y los aprovecha. Como productor, pero también como el principal director, el realizador recorre su propia obra, con sus personajes excéntricos e incomprendidos, aunque, como le ha ocurrido al propio Burton, con la esperanza de cierta integración con los demás. En la película Ed Wood (1994) el personaje central se comportaba como uno de los miembros originales de la familia Addams, pero en otras películas las batallas contra el horror de la normalidad eran evidentes. El personaje de Merlina ofrece algo irresistible: ¿Quién no se ha sentido diferente e incomprendido y espantado por las reglas alrededor? El espíritu adolescente encaja perfecto con esto y el adulto un poco también. Incluso las personas más normales e integradas pueden sentirse como un freak distinto a todos.
Cuando la serie es más burtoniana, funciona de forma más bella, cuando se vuelve más estándar, cumple con la lógica de las series actuales. Desde sus primeros cortos a sus más recientes largometrajes, sus obsesiones y elementos estéticos aparecen con toda claridad. Si bien no se asocia a Merlina con lo sobrenatural, recordemos que Dedos (Thing) es una mano con vida propia, que piensa e interactúa sin problemas con el mundo exterior. Este genial personaje inventado para la serie de los sesenta, cobra aquí un protagonista perfecto. Dedos es el protector y asociado de Merlina, protagonizando muchas de las grandes escenas del guion. También aparecerá el Tío Lucas/Fester, en la piel de Fred Armisen. Este personaje le da también más vida a la historia y la saca de su tono para el público joven. Las actuaciones de Christina Ricci y Christopher Lloyd son el correcto homenaje a las películas y presencias como las de Gwendoline Christie y Steve Buscemi, son la troupe ideal para un mundo como el de Merlina. La música de Danny Elfman nos termina de sumergir en este mundo que siempre amamos y al que vale la pena volver una y otra vez. A veces las personas correctas se cruzan en un proyecto y ese es el caso. No pudo ser una película, pero ahora es una serie, una que vale la pena.

www.leercine.com.ar