Offline
Palabras y hechos que conectan con la realidad
Por: María Cristina Kronfle Gómez - @mckronfle
Publicado en 10/09/2025 10:04
PENSAR

 Al final, lo que Pablo dice de Pedro, habla de Pablo y también habla de la sociedad que tolera, aplaude o cuestiona ese modo de hablar. Cambiar la forma en que nos comunicamos y con las palabras que lo hacemos, cambia el mundo un poco cada día, elegir bien las palabras es ejercer poder con responsabilidad.

 

 

Lo que Pablo dice de Pedro, habla más de Pablo que del mismo Pedro. Es un dicho popular que escuchamos con frecuencia y conviene tomarlo en serio, porque en cada palabra que pronunciamos dejamos una huella de quiénes somos y del mundo que ayudamos a construir.

Cuando hablamos de una tercera persona convertimos nuestro pensamiento en revelaciones y acciones sociales; las palabras no son decoraciones banales, son decisiones que fabrican percepciones, reparten prestigio y vergüenza, también abren y cierran puertas. Desde la sociología, sabemos que el lenguaje describe y produce realidades, por eso las etiquetas se vuelven hábitos, los hábitos estructuras y las estructuras, oportunidades o barreras tajantes. Lo que parece un comentario inofensivo en casa o en la oficina, viaja a la escuela, a la ventanilla pública y al juzgado, donde impacta vidas concretas.

El refrán captura esa ruta completa. Lo que Pablo dice nace de su paisaje interior, hecho de experiencias, miedos, prejuicios y aprendizajes, pero ese paisaje fue moldeado por familia, medios, escuela, iglesia, redes sociales e historia del país. No hablamos desde nuestro pensamiento individual sin mixturas, sino que hablamos desde todo un contexto que nos envuelve y que nos ha configurado. Por eso el lenguaje es política cotidiana, al hablar expresamos identidad y a la vez empujamos, aunque sea un milímetro, la conciencia colectiva.

En el campo jurídico la responsabilidad es nítida. La Constitución protege la dignidad, la honra y la igualdad, así como prohíbe la discriminación, mientras reconoce la libertad de expresión como pilar democrático. La libertad no es licencia para humillar. Cuando un discurso estigmatiza o deshumaniza a un grupo, deja de ser una opinión inofensiva y genera daño, que se deriva en grados de responsabilidad por el daño causado. Entre callar, malinformar y calumniar, hay un territorio amplio de ética personal que se refleja en lo público y en lo privado. Allí se decide si el debate enriquece o hiere y si, en la vida cotidiana y en las instituciones que integramos, promovemos respeto o toleramos violencia simbólica y entre otras.

El periodismo lo sabe o al menos debería saberlo. Un titular reconoce humanidad o la niega, un adjetivo contamina una investigación entera. La prisa no excusa el sesgo, la imparcialidad no es apatía, la neutralidad no significa repetir clichés con tono neutro. Por lo tanto, el periodismo llevado con tibieza y tolerancia sesgada por líneas editoriales que responden a patrones de conveniencia, le hacen un daño atroz a la tan defendida libertad de expresión, a la democracia de nuestro país, así como a las luchas sociales que hemos iniciado, sostenido y empujado miles de activistas y voceros sociales.

La experiencia activista lo confirma todos los días. Decimos personas con discapacidad y no discapacitados, porque las personas van primero y la condición no define una vida completa. Evitamos palabras que degradan y romantizaciones que infantilizan. Dentro de las propias comunidades hay debates legítimos, como persona sorda frente a persona con discapacidad auditiva, la clave es sencilla y poderosa, preguntar cómo quieren ser nombradas las personas y respetar esa elección, la autonomía se ejerce desde las palabras y la comunicación, sea verbal o no.

Lo personal es político incluso en lo pequeño. Cuando alguien responde “no seas sensible”, ante una queja válida, desplaza el problema de lo estructural a lo individual, como si la queja fuese asunto privado y dicha queja no representase la conexión que dicha persona tiene con la realidad. Cuando se comparte un chiste, supuestamente inofensivo, se alimenta una cultura que trivializa. Cuando un reglamento se elabora con lenguaje excluyente, el mensaje es claro sobre quién es bienvenido y quién no. De palabra en palabra se diseñan climas laborales, aulas seguras u hostiles, ciudades más amables o más crueles.

También opera la profecía que se cumple sola. Si a un joven de un barrio popular se lo nombra siempre como sospechoso, si a una mujer se la nombra siempre como exagerada, si a una persona con discapacidad se la nombra siempre como angelical o una carga para el Estado, la sociedad o la familia, no solo se describe la estigmatización de dichos grupos o sectores sociales, se condiciona el pensamiento colectivo, creando una confusión que desconecta a la ciudadanía con las realidades estructurales y profundas de nuestras dinámicas sociales. El lenguaje antecede al trato que reciben las personas y al trato que se atreven a esperar.

Resulta grave escuchar a autoridades con discursos vagos en su contenido, equívocos en sus percepciones respecto de la problemática que enfrenta nuestro país, así como identificar el profundo desconocimiento cuando se refieren a discapacidad u otros sectores sociales y a los derechos que nos cobijan a todos los ciudadanos, por el solo hecho de ser seres humanos. Allí se nota una desconexión con la vida cotidiana del país.

Hago una invitación a mis lectores, a conectarnos con la realidad en el uso correcto de las palabras e identificar los discursos peyorativos, que inciten a la discordia, a la estigmatización generalizada, puesto que, lo que está en nuestra mente se comunica a través de las palabras.

Al final, lo que Pablo dice de Pedro, habla de Pablo y también habla de la sociedad que tolera, aplaude o cuestiona ese modo de hablar. Cambiar la forma en que nos comunicamos y con las palabras que lo hacemos, cambia el mundo un poco cada día, elegir bien las palabras es ejercer poder con responsabilidad.

 

María Cristina Kronfle Gómez - @mckronfle

Abogada y Activista

Columnista www.vibramanabi.com

 

Comentarios
¡Comentario enviado exitosamente!

Chat Online