“El botín de los valientes” es una película obligatoria para los sábados de Super acción en cualquier televisor de cualquier lugar durante las décadas siguientes.
El botín de los valientes (Kelly’s Heroes, Estados Unidos/Yugoslavia, 1970) es un film bélico dirigido por Brian G. Hutton y protagonizado por Clint Eastwood, Telly Savalas, Don Rickles, Donald O´Connor y Donald Sutherland. Su popularidad no solo radica en el elenco, sino también en su rara combinación de comedia, película de robo y, aunque algunos no lo vean, desencanto con respecto a la guerra. Pasados ya varios años desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial y en plena Guerra de Vietnam, el cine americano podía ya tomarse con humor aquel conflicto pasado y al mismo tiempo criticar la guerra del presente. En ese mismo año se hicieron dos películas consideradas más importantes y serias, aunque sean también comedias M.A.S.H. de Robert Altman y Trampa 22 de Mike Nichols. También a su modo, la película pertenece a la misma familia de Doce del patíbulo (1967) y en su giro con respecto al género bélico también se emparenta con Donde las águilas se atreven (Where Eagles Dare, 1968) también dirigida por Brian G. Hutton y protagonizada por Clint Eastwood, un film de guerra pero también de espionaje y aventuras.
La acción transcurre en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial. Kelly (Clint Eastwood), un ex teniente degradado a soldado como chivo expiatorio, captura al coronel Dankhopf (David Hurst) de la inteligencia alemana. Cuando Kelly descubre que su prisionero tiene una barra de oro, lo emborracha para tratar de obtener información. Antes de que muera en el ataque de un tanque Panzer alemán, Dankhopf admite que hay catorce mil barras de oro guardadas en un banco, a cincuenta kilómetros tras las líneas enemigas, en la ciudad de Clermont. Entonces Kelly arma un pelotón que incluye al escéptico sargento “Big Joe” (Telly Savalas), a un pícaro sargento de aprovisionamiento, Crapgame (Don Rickles) y a un excéntrico comandante de un tanque Sherman, Oddball (Donald Sutherland), y sus hombres, que parecen haberse alejado de la guerra y se han entregado al descanso y a vivir su vida más como una comunidad de hippies que como un pelotón. Los viejos héroes del cine americano clásico no se hacen presente en este largometraje.
El cine americano había cambiado en la década del sesenta y aunque la industria se resistía, los valores de la sociedad eran otros. Todo film bélico, de cualquier época, está fechado, incluso cuando se basa en eventos históricos, como este caso. Acá el cinismo y el descreimiento de los personajes deja en claro que fue hecho en 1970. También la posibilidad de reírse de un evento tan terrible como es una guerra y hacerlo mientras otra estaba ocurriendo. No cayó del todo bien, sin embargo, este enfoque y muchos criticaron que entre humorada y humorada se mataban a docenas de personas. La película no es una denuncia en ese aspecto, sino un entretenimiento en estado puro. Un grupo de pícaros que busca robar dinero de los nazis y salvarse de por vida. Ya no estamos en el cine clásico y los antihéroes se habían vuelto moneda corriente. La violencia de la película posiblemente también fuera un reflejo de la violencia de aquellos años. Lo que más busca El botín de los valientes es divertir, los que busquen otras lecturas pueden encontrarlas, pero no radicó ahí su éxito.
Al lujo del elenco hay que sumarle nada menos que al fotógrafo de Luis Buñuel y el Indio Fernández, Gabriel Figueroa. Y la música es de Lalo Schifrin, un músico que acompañó muchas películas protagonizadas por Clint Eastwood. El actor ya era una estrella enorme en aquellos años y ya había terminado de filmar la trilogía del dólar bajo las órdenes de Sergio Leone. Esos films afectaron a todo el cine de género y acá la película se atreve a citar a El bueno, el malo y el feo (1996) agregando ruidos de espuelas y poniendo a los tres protagonistas en posición de duelo contra un tanque. Es fantástico escuchar la música de Lalo Schfrin imitando a Ennio Morricone en ese pasaje. A su vez, Quentin Tarantino en Bastardos sin gloria (Inglourious Basterds, 2009) usa otra parte de la música de Schifrin.
El botín de los valientes es una de esas películas muy populares entre los espectadores pero dejada un poco de lado por los especialistas. Es verdad que no se trata de una obra maestra, pero su efectividad es indiscutible y su afán de divertir con algo de crítica da en el clavo desde el inicio. Todos juegan en ese tono y la mezcla de estos cuatro actores también funciona. De ese mismo año es Patton (1970), la película que la Academia sí aceptó y premios con los Oscars principales. El cine bélico todavía estaba en buen estado por aquellos años, en diferentes estilos, pero aceptados en la taquilla. Una película obligatoria para los sábados de Super acción en cualquier televisor de cualquier lugar durante las décadas siguientes.

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