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Ira
Por: Néstor Romero Mendoza
Publicado en 07/12/2025 17:07
PENSAR
Ilustración de UNIR

 ¿“Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”?

 

Entender y comprender la sociedad de los nuevos tiempos es adentrarse en una hipercomplejidad, donde es muy probable naufragar e imposible ser concluyente en tanto se abordan y contraponen variables como la quizá ya incontrolable globalización, la intensa e infinita revolución industrial de las tecnologías y de información, el imperio del individualismo, el colapso de imaginarios y rituales tradicionales que conllevó al rompimiento de casi todas las estructuras del siglo XX. Así, surgieron nuevas dinámicas, mayor posibilidad de acceso al conocimiento, otras formas de ver la vida y relacionarse. Hay vértigo, aceleración y cuestionamiento permanente a todo y todos.

Cuando analizamos estrategias para campañas, buscamos aproximaciones. Nos preguntamos ¿dónde está la gente? Buscamos el mundo que habitan. En ese sentido, por ejemplo, un informe de Roastbrief recoge que, a inicios de 2025, en Ecuador había 18 millones de conexiones móviles celulares activas, lo que equivalía al 98.8% de población total. 15.2 millones de personas tenían acceso a internet, pero había 13.5 millones de usuarios en plataformas. El desarrollo de las comunicaciones por sí mismo manifiesta una sociedad hiperconectada.

Rage bait. Entonces, ¿cómo se percibe que es ese mundo? Tal vez, navegando en las redes sociales ¿te has indignado cuando has visto o leído algo deliberadamente hecho para provocarte eso, bronca, algo así como un dato falso o un meme mordaz?

En estas semanas, el Diccionario Oxford eligió la palabra del año. Para hacerlo, 30 mil personas discutieron hasta ponerse de acuerdo en determinar aquella que conceptualizara con precisión el espíritu de los nuevos tiempos. La conclusión: RAGE BAIT. El término es una combinación de RAGE, que en inglés significa estallar violentamente de ira, y BAIT, que es un anzuelo que suele usarse en las redes sociales para atraer la atención, parecido al clickbait, una estrategia común en el ciberespacio donde se emplean titulares sensacionalistas o imágenes exageradas  para que los usuarios hagan click en un enlace o un video, pero la mayor diferencia es que con el RAGE BAIT, de por medio, hay sentimientos profundos de ira, discordia y agravio. Y con ello aumenta el tráfico web y la interacción.

Aunque a veces puede ser inofensivo como un resultado futbolístico incorrecto, el RAGE BAIT ingresó con fuerza en el escenario político y la indignación utilizada para realzar perfiles políticos o causar reacciones y contra reacciones. Los usuarios, una vez adentro, no debaten ideas sino tendencias matizadas con adjetivos o calificativos. Y allí, el contenido con enojo crece por su naturaleza adictiva y los algoritmos de las redes sociales se encargan del resto. Esta proliferación de la ira y la crítica confrontativa va convirtiendo a las plataformas digitales en espacios donde se libran batallas campales que captan la atención de muchos, pues cada vez muy pocos tienen ganas de perderse la subida en la ola. El presidente de Oxford Languages, Casper Grathwohl, ha explicado que la elección de “RAGE BAIT” responde a la necesidad de nombrar una táctica de manipulación cada vez más evidente en el entorno digital.

En 2024, Oxford determinó a BRAIN ROT como su palabra clave, explicando que captura el agotamiento mental producto del desplazamiento ilimitado en las pantallas, viendo todo y nada a la vez. Así, de acuerdo a Garthwohl, el conjunto RAGE BAIT y BRAIN ROT forman un ciclo poderoso donde la indignación genera interacción, los algoritmos lo amplifican y la exposición constante nos deja mentalmente exhaustos.

La internet está influyendo en nuestras emociones, en cómo respondemos y nuestros comportamientos. Para el ensayista y politólogo italiano Giuliano da Empoli “el caos ya no es el arma de los insurgentes, es el sello del poder”. Lo reflexiona en su obra «La Hora de los Depredadores», en la cual analiza la relación íntima de intereses entre los patrones de las grandes tecnológicas y los líderes políticos de instintos autoritarios y nacionalpopulistas. Escribe que “estas dos especies de depredadores sacan su poder de la insurrección digital y ninguna de las dos está dispuesta a tolerar que se pongan límites”. Hay que leerlo.

Quizá, la nueva realidad lleva a otra dimensión el pensar del existencialista Jean-Paul Sartre, acerca de que “somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”.

 

Néstor Romero Mendoza

Asesor de comunicación política estratégica

Columnista www.vibramanabi.com

7/12/2025

 

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