Una de cada cuatro personas que usan plataformas de citas en línea reconoce que miente o distorsiona información clave sobre su identidad, según un estudio reciente publicado por la firma de verificación digital ClarityCheck y difundido por Newsweek.
El reporte, que incluye respuestas de 4.800 usuarios en Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, revela que la falta de honestidad en detalles como el estado civil o la ubicación ha cobrado dimensiones insospechadas, en un contexto donde la confianza ya resultaba precaria.

La investigación de ClarityCheck detectó que el 25% de los encuestados confesó haber ocultado o tergiversado información relevante en sus perfiles, una práctica que afecta tanto a hombres como a mujeres.
El análisis también arroja que la percepción del engaño es mayor todavía: un 63% de quienes utilizan aplicaciones de citas ha descubierto que la persona con la que combinó ofrecía información falsa o engañosa.
Newsweek detalla que esta situación ha llevado a que 54% de los usuarios considere necesario recurrir a verificaciones externas de antecedentes antes de avanzar en una relación, una tendencia al alza entre personas de 25 a 45 años, de las cuales dos tercios ya desconfía de los perfiles a simple vista.
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Motivaciones tras el engaño
De acuerdo con Ihor Herasymov, director general de ClarityCheck, el fenómeno encuentra múltiples motivaciones, pero todas ellas contribuyen a un deterioro palpable de la confianza dentro de las plataformas digitales de citas.
“El hallazgo de que uno de cada cuatro usuarios oculte o distorsione partes de su identidad es llamativo, aunque no sorprende totalmente”, explicó Herasymov en declaraciones a Newsweek. “Las citas en línea impulsan la ‘presentación de la mejor versión de uno mismo’, lo que a menudo cruza la línea entre la privacidad y la distorsión de la verdad. El resultado es un descenso gradual de la confianza”, añadió.
El reporte identifica tres grupos entre quienes reconocieron modificar su perfil: un 35% lo atribuyó a motivos de privacidad, un 28% señaló el miedo al rechazo como causa principal y otro 18% abordó el engaño de forma calculada y premeditada.
Sabrina Romanoff, psicóloga clínica y especialista de la aplicación Hily, consultada por Newsweek, describe el fenómeno como un espectro que va desde “una ceguera funcional” —mostrar la versión idealizada de uno mismo— hasta estrategias directamente enfocadas a ampliar las probabilidades de éxito.

“Algunos usuarios suben fotos antiguas, editan imágenes, alteran su edad para atraer a parejas más jóvenes o inventan empleos que sugieren estabilidad financiera”, detalla Romanoff, quien advierte que “otros prefieren resguardar información personal, como nivel de ingresos, entorno familiar o creencias religiosas, para protegerse de riesgos o filtrar a potenciales depredadores”.
El impacto de la desconfianza se refleja también en el comportamiento de los usuarios, que actúan cada vez con más cautela. Dos de cada tres personas entre 25 y 45 años reconocen que ya no aceptan la información de los perfiles como fidedigna, según la encuesta. “La normalización de pequeñas omisiones o alteraciones genera un entorno en el que el engaño más grave puede pasar inadvertido”, añadió Herasymov en el reporte.
Ante esta realidad, especialistas recomiendan extremar la atención ante señales de alerta. “Se sugiere fijarse en incongruencias sutiles, evasivas sobre temas básicos como el trabajo o la residencia, reticencia a realizar videollamadas o a compartir contactos que coincidan con otros perfiles”, puntualizó Herasymov para Newsweek. Herramientas de verificación independientes empiezan a ganar terreno, al permitir confirmar datos esenciales y recuperar parte de la confianza perdida.
La proliferación de perfiles que ocultan o manipulan información genera un ambiente de escepticismo que puede teñir de desconfianza toda la experiencia en plataformas digitales de citas. “Esta erosión comienza a instalar una actitud cínica ante cada nuevo perfil que los usuarios revisan”, concluyó Romanoff en entrevista con Newsweek.

Con información de Infobae por Rossana Marín.