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Muertos S. L., pum para arriba
Publicado en 10/11/2025 14:21
SIN FILTRO / PELÍCULAS SERIES DOCUMENTAL

 

Cuando el bien pensar, lo absurdo, la sátira y la ironía se juntan, lo más probable es que nazca una obra hilarante, incorrecta, rupturista, ambigua, cercana a la genialidad, reflexiva. En ese parecer, incluso más allá de las estadísticas y debates circulares sobre originalidad, surgen series, películas y documentales magistrales al cumplir su objetivo de crear mundos, a veces inventados o recreados de lo real.

Contemos algo: tras el fallecimiento de Gonzalo Torregrosa, dueño de Funeraria Torregrosa, Dámaso Carrillo (Carlos Areces), su mano derecha en la compañía, asume que lo más conveniente para que el negocio continue marchando, viene siendo que él suceda en el liderazgo. Sin embargo, Nieves (Ascen López), la viuda setentona, decide otra cosa. Ponerse al frente del establecimiento, tratando de cubrir sus vacíos de conocimiento y experiencia con el apoyo de su yerno, Chemi (Diego Martín), una especie de coach bastante parlanchín, entusiasta y nada útil. Vaya formula y coincidencias. A la vez, Nieves enfrenta los planes de sus hijas que quieren boicotearla para que la mortuoria sea vendida y ellas monten su propio rubro, un gimnasio. En ese tiempo y espacio, Dámaso no se deja doblegar. Conspira y manipula a sus compañeros contra la dirección de Nieves y Chemi, pues su fin justifica los medios. Son esas implosiones fallidas y otras ejecutorias pintorescas, las que dan matices a “Muertos S. L.” (Netflix), una serie española que hace reír y pensar.

Sus 3 temporadas, con 20 episodios, tienen carisma y enredo. Es sencilla. Las situaciones bizarras transitan con recursos visuales de buena calidad y ambigüedad moral, que logran algo no menor como arrebatarle el drama a la muerte, sin entrar en romanticismos ni cruzar puentes al irrespeto o insensibilidades.  Hay disidencia en el arte de Muertos S. L., creada por Alberto Caballero, Laura Caballero, Daniel Deorador, Julián Sastre, Nando Abad y Araceli Álvarez de Sotomayor para Movistar Plus+.

Hay que animarse a romper patrones y ser cancelable.

Por impulso épico creativo de Charles Chaplin y Buster Keaton, la comedia negra o ácida apareció en los años 40 como género cinematográfico y a partir de los 50, hasta hoy, las producciones fueron creciendo, con la pretensión de entretener, ser graciosas y comunicar algo, haciendo equilibrismo en esa frontera invisible entre de la crítica social, cultural y política y lo grotesco del agravio y el insulto que, por lejos, nunca será arte ni humor. Y cuando aparece alguien con ese estilo en formato audiovisual, la gente no se ríe con él, se ríe de él.

Muertos S. L. crea un mundo que da ganas de ver y vivir. No hay soledad insoportable.

 

Néstor Romero Mendoza

10/11/2025

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